El violín es sin duda uno de los instrumentos más representativos de la cultura musical europea. Esto lo hace idóneo para una reflexión sobre el papel y la influencia que Europa ha tenido en la música otras partes del mundo, si se trata de una reflexión hecha desde Europa, y con las problemáticas que este hecho comporta. La improvisación, en cambio, ha sido ninguneada por la cultura oficial europea, que desde el siglo X ha dado más valor a la música escrita, considerándola más culta. No ha sido así en otras culturas, que han visto en la improvisación una práctica igualmente legítima. En este sentido, improvisar tocando el violín puede ser entendido como una contradicción, y también como una declaración de intenciones en el marco de esta exposición. El artista nos propone un recorrido que transforma en experiencia conceptos como frontera, un límite invisible pero a menudo infranqueable, y cuestiona la existencia de Europa como entidad política. También reflexiona sobre la diversidad cultural, la idea de propiedad, de riqueza, entre otros, construyendo un viaje físico pero también metafórico a través de un espacio limitado.

Imagen: Cristina Marx - Photomusix

A cargo de Gunda Gottschalk

En colaboración con Festival Mixtur

Gunda Gottschalk interpreta música improvisada y contemporánea y combina su trabajo sonoro con la danza, el teatro, el cine, la composición, las artes visuales y la literatura. Con sus conjuntos está representada en festivales de música contemporánea e improvisada en toda Europa y ya ha ofrecido actuaciones en los EE.UU., Canadá, Rusia, Mongolia, China y Myanmar. En NRW, anima la escena a través de varias actividades: conciertos con Partita Radicale, proyectos interdisciplinarios gratuitos, la serie de salidas sonoras NRW y programación en "ORT" de Peter Kowald Gesellschaft.