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Exposición
La alegoría de la caverna de Pozalagua está llena de sentidos y contrasentidos: la cueva fue descubierta accidentalmente, en 1957, cuando una detonación en una cantera próxima abrió una rendija hacia las intimidades geológicas. Hasta aquel momento, la cueva había existido al margen de los asuntos e intereses humanos. Hasta aquel momento, además, el principal motor económico del Valle de Karrantza había sido el pastoreo de ovejas y el trabajo en la cantera de dolomia; pero con la irrupción de este nuevo actor –la cueva– la zona resultó transformada por el impulso del turismo. Pozalagua es un tesoro espeleológico: el descubrimiento atrajo a todo tipo de visitantes y empujó a las autoridades a trazar un plan de explotación conveniente. A finales de los años setenta, imponiendo el cierre de la cantera porque ponía en peligro la integridad de la cueva, un grupo de trabajadores dinamitó la entrada que quedó parcialmente destruida. La acción tenía que denunciar la pérdida de lugares de trabajo que imponía el cambio de modelo económico. Visto en perspectiva, aquel sabotaje ya hacía visible el choque de intereses que se disputan el territorio. Uno de tantos.
El trabajo audiovisual de Gerard Ortín explota, también, los recursos del paisaje vizcaíno. Esto incluye, además de la cueva de Pozalagua, las apariciones esporádicas del lobo –unos lo temen, mientras otros luchan por su reintroducción-, o los esfuerzos para que una raza autóctona de perro pastor no desaparezca con el retroceso de la ganadería que vive la comarca... El proyecto de Ortín destaca estas fricciones, las luces y sombras de una realidad en proceso de cambio, y lo hace a través de un ejercicio de paisajismo de las relaciones, donde hablar de domesticación es tan inoportuno como hablar de pureza o estado natural.
Gerard Ortín (Barcelona, 1988) es licenciado en Bellas Artes por la UB y cursó estudios en l’Aula de Música Moderna i Jazz (Conservatori del Liceu). Ha cursado un máster en el Sandberg Insituut (Ámsterdam) y actualmente vive y trabaja en Donostia-San Sebastián. Combina la formación artística y musical a través de la experimentación en varios formatos audiovisuales, sonoros y performativos. Ha colaborado con el grupo Sons de Barcelona (UPF) y en el proyecto Voz Mal de Jaume Ferrete.
A menudo trabaja con el formato de walk-performance, itinerarios para grupos reducidos de participantes mediante los cuales el artista presenta paisajes intervenidos. Algunas de sus ultimas performances son Haga—DK51 (2016), producida en el marco de Curatorlab en Estocolmo, Trabeska (2015), realizada en Arrasate-Mondragón y producida por Consonni o Vijfhoek producida en el marco del Festival Of Choices (Ámsterdam, 2015). Anteriormente realizó la performance Intravia en BCN Producció (2012) y la Secció Irregular - Mercat de les Flors (2014) con la que proponía una serie de itinerarios nocturnos en la Serra de Collserola (Barcelona) y concluía un trabajo específico de 4 años en torno a esa zona.
Ha participado en las exposiciones: Fictions. Caves/Cascades. Blindness of Love en Stedelijk Museum Buro of Amsterdam, Love Letter to Mars en Office for Contemporary Art (Oslo) i Al Mawred Foundation (Cairo), Viaggio al centro della Terra at Museo di Città (Sassari, Sardegna), El espacio cósmico estaba allí, en dos o tres centímetros en Galería Espacio Bacelos (Madrid), Biennal Leandre Cristòfol (Lleida) Reykjavik International Film Festival // Hot Tub (Reykjavik, Iceland), entre otras. Durante Junio de 2014 realizó una residencia en Marfa (Texas, USA) organizada por TAAK (Amsterdam). Trabaja con la Galeria Estrany – de la Mota en Barcelona, en la que ha realizado su primera exposición individual (abierta al publico durante Julio y Septiembre de 2016).
Curador: Oriol Fontdevila
Organiza y produce: Arts Santa Mònica – Departament de Cultura